sábado, 5 de agosto de 2023

El Hidromiel (Vino de Miel) y yo - Capítulo III.- La Apicultura

San Gabriel de los Palacios: Es un esfuerzo emprendedor de la familia Palacios-Espinal de la próspera ciudad de Chinandega, Nicaragua, América Central. Estamos orgullosos de ser pioneros en el uso de la biotecnología en la manufactura de Bebidas y Alimentos Naturales, con Valor Agregado y de Excelente Calidad, a partir de Miel de Abeja, Frutas, Hierbas y Maíz.

Nuestra Misión: Desarrollar, Producir y Comercializar de manera sostenida: Bebidas y Alimentos 100% Naturales con altos estándares de calidad.

Nuestra Visión: Convertirnos en una auténtica alternativa al Status Quo por medio de Alianzas, tanto con la Red Global de Detallistas que abastece al Mercado Premium de Productos Naturales, como con nuestros Proveedores de Insumos y Materia Prima.

Nuestra Función Social:  Crear empleos directos e indirectos - Contribuir con la diversificación del uso de la tierra - Contribuir con la Preservación del Bosque Seco de la Cordillera Volcánica de Los Maribios - Promover la formación de Cooperativas Apícolas no-Tradicionales - Promover la Generación de Energía Ecoamigable.

Nuestro Lema: Una empresa no tiene razón de ser si en su quehacer no contribuye con el Bien Común.

Y esta es ... nuestra Historia.

Capítulo III.- La Apicultura

En lo que al almacenamiento de alimentos se refiere, la preservación es el principal obstáculo a superar, es por eso que, siendo la miel el único alimento de origen orgánico que por naturaleza propia se preserva así mismo, las leyes de las probabilidades lo colocan como el candidato idóneo para ser el primer alimento que el Homo sapiens alguna vez almacenó exitosamente por un período de tiempo considerable. Para lograr ese cometido, lo único que el hombre primitivo necesitaba era de un rústico salbeque hecho con la vejiga o el estómago de alguna de sus presas.


De igual manera, las probabilidades nos indican que la primera actividad pecuaria realizada, de manera espontánea por la humanidad, fue la apicultura. Por supuesto, no de la forma como la conocemos en la actualidad, pero apicultura al fin. 

Los primeros apicultores aprendieron que debían colectar la miel sin dañar el panal, ya que eso les permitía, tiempo después, regresar al mismo sitio y volver a colectar miel.

Rápidamente la cosecha de miel se volvió una actividad sumamente importante, en primer lugar, por su agradable sabor, en segundo lugar, porque se podía almacenar. Gracias a esto último fue que el Homo sapiens descubrió que, si cubría sus heridas con miel, estas no sólo no se infectaban, sino que, además, sanaban.

Sucede que, la baja humedad de la miel impide que los microrganismos se reproduzcan, por esa razón ella misma no se corrompe y, al aplicarla sobre las heridas, se convierte en una barrera física que impide que la infección comience. Además de eso, la miel posee enzimas y ácidos que truncan el ciclo de vida de las bacterias. La miel no cura, pero todas estas propiedades constituyen un gran respaldo para el sistema inmunológico de los individuos.

Apiario de Tel Rehov, Israel - 3000 a.C.
El apiario más antiguo, que hasta la fecha ha sido descubierto, data de los tiempos del profeta Elías, se trata de colmenas tubulares construidas con paja y barro seco sin fraguar, concepto tecnológico que también predominó en el Antiguo Egipto.
Los apiarios tubulares se adaptaron a los recursos circundantes de las poblaciones y, hasta la fecha, es una tecnología apícola de amplio uso en el Medio Oriente.
Las innovaciones empezaron en la Antigua Grecia cuando se empezaron a manufacturar colmenas tejidas con juncos. 
Estas colmenas fueron perfeccionadas, y ampliamente distribuidas por toda Europa durante el Imperio Romano.

En un inicio eran canastos de juncos colocados boca abajo, durante la cosecha los volteaban y la miel fluía a través del tejido, sin embargo, esto significaba el fin del enjambre y había que empezar todo desde el inicio. Eventualmente el diseño se modificó, empezaron a tejer tubos que colocaban en posición vertical, en la parte superior colocaban reglas en posición horizontal bajo las cuales las abejas construían los  panales. Estas colmenas eran más fáciles de manufacturar y, para cosechar la miel, bastaba con levantar la pequeña tapa y extraer cada panal a la vez. Por ser livianas, podían ser trasladadas y colocadas estratégicamente en donde la densidad de flores fuera mayor. Las colmenas tejidas dominaron la industria melífera en Europa, y en el Nuevo Mundo, hasta la llegada de la revolución industrial.

La Apis mellifera y la Colemna Langstroth

En 1852, Lawrence Lorrain Langstroth, patentó la colmena que lleva su nombre y transformó para siempre la apicultura. Esta colmena, le permite al apicultor administrar el ciclo productivo de la colonia y fue por eso que se convirtió en el estándar de la industria.

Langstroth introdujo varias innovaciones relacionadas con la forma en que las abejas se desplazan dentro de la colmena.

Observó que, si colocaba cribas menores que 4mm, las abejas la sellarían con propóleo, lo cual impedería el tráfico dentro de la colmena. Si la criba era de 5.3mm los zánganos no podían cruzarla, pero si era de 4.3mm era la reina la confinada. Todos estos datos le permitieron a Langstroth estratificar verticalmente la colmena, asignándole a cada espacio una función específica dentro del ciclo productivo, aumentado, no sólo la productividad, sino que, además, asegurando, al mismo tiempo, la perpetuidad del enjambre. 

Pero este tipo de colmena fue diseñada para las Apis mellifera que trajeron consigo los europeos al Nuevo Mundo y, lastimosamente, son totalmente infucionales para el Jicote y las otras abejas Meliponas autóctonas de América.

El Jicote

En lo concerniente al Jicote, hay muchas buenas intenciones, de hecho hay uno que otro proyecto interesante destinado a promover la preservación de la biodiversidad autóctona de los bosques americanos. A pesar de ello, desde el punto de vista comercial, no avisoramos una producción masiva, ya que el esfuerzo, de la labor ambientalista, no se refleja en el valor de mercado de la miel de Jicote.

Las autóctonas Meliponas tienen sus bondades y, por no poseer aguijón, podríamos decir que son totalmente dóciles, aunque en ocasiones pueden morder como las hormigas.

Otra circunstancia desmotivadora para la Meliponicultura es el hecho de que sus colmenas, debido a su baja productividad, son mucho más costosas que las Langstroth, comparativamente hablando. Además de lo anterior, tiene la gran desventaja de que, al cosechar miel, el enjambre se dispersa y hay que iniciar todo desde cero otra vez.
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Aparte del tamaño y de la ausencia de aguijón, la diferencia de mayor impacto en las pretenciones de masificar la Meliponicultura es la forma en que el Jicote construye su panal. Las abejas del Viejo Mundo forman panales verticales, paralelos, ordenados, en cambio, el panal del Jicote es caótico y, en cada ocasión, al construir uno nuevo, no siguen patrón alguno que pueda predecir la estructura del panal.

Esto es lo que ha impedido, al menos hasta la fecha, que haya un diseño práctico y estándar de colmenas para Jicote y por ello es que, las más frecuentes, son las colmenas rústicas tubulares hechas con troncos ahuecados para tal propósito.

A pesar de lo anterior, en SGP pretendemos instalar un Meliponario y promover la Miel de Jicote como una "Délice Gastronomique".

Las Abejas Africanizadas

Es muy probable que no haya persona alguna que no conozca la historia de las abejas africanizadas que ahora pueblan todo el continente americano, así que nos limitaremos a presentar un mapa de la migración de esta abeja, la cual ya dejó de ser africana porque, para bien o para mal, ahora forma parte de la biodiversidad americana.

En lo que a la apicultura concierne, tienen virtudes, así como también tienen deficiencias.

Bondades: Resistencia al ácaro Varroa destructor. Las abejas tienen un comportamiento llamado Comportamiento Higiénico, el cual consiste en la habilidad, de algunas abejas obreras, de detectar, desopercular y remover crías enfermas, muertas o parasitadas, del interior de las celdas de un panal. Este mecanismo, interrumpe el ciclo de algunas enfermedades y limita sus posibilidades de dispersión. Pues bién, en las abejas africanizadas, el índice del Comportamiento Higiénico alcanza un 95% y, por tal razón, no sólo son resistentes a la Varroa, sino que, además, su productividad no se ve afectada.

Deficiencias: Producen el triple de enjambres al año, en comparación con la europea, esto implica que, la competencia por los néctares de las flores es incremental.

La agresividad es un asunto de manejo y seguridad laboral, pero no sólo eso, aparentemente, las abejas africanizadas pueden tener un comportamiento totalmente dócil si se crean ciertas condiciones muy particulares en el apiario.

Los investigadores de la Universidad Nacional de Colombia descubrieron que, si el apiario es aislado con biombos de lona, las abejas africanizadas no sufren de estrés y, al salir del sector de las colmenas, se dedican exclusivamente a libar, docilmente, los néctares de las flores. 


Por lo interesante del hallazgo de los entomólogos colombianos, concluyo la presente nota con el video de la Universidad Nacional de Colombia y sus mansas abejas africanizadas.


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Capítulo III.- La Apicultura
Noé Palacios





 




 


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