martes, 8 de abril de 2025

El lago de los cisnes

Escritos en Nicaragua

presenta a


El lago de los cisnes
a mi Rusia linda y querida

Atrapada en un estanque,
prisionera de la belleza,
vive una niña.
De día,… es un cisne,
de noche … una exquisita y delicada princesa,
de día nada buscando inútilmente su añorada libertad,
de noche danza distraída
en medio de una cómplice y disimulada oscuridad.
Sus melancólicas piruetas retan a la penumbra,
así ella encara su castigo,
así ella vence... noche tras noche,
el aislamiento de su forzada soledad.

Todos los días,
un joven pasea por el estanque,
buscando … quizás su propia vida,
quizás a una amante cuyo amor trascienda
los mundanos placeres que ofrece
la frívola y siempre tentadora piel lasciva.

El cisne navega como si nada,
desapercibido,
¿qué podría este cisne esconder?
¿qué secreto podría este cisne guardar?
Sin embargo ... el joven,
por alguna extraña razón no se marcha,
tal vez no tiene a donde ir… o quizás…
o quizás a él le basta con contemplar
al manso y sereno espejo de agua
apenas perturbado por el cisne
y su apacible navegar.
En una noche de insomnio,
de grillos elocuentes,
de luna llena
e infinidad de estrellas insolentes,
una vez más,
sus pies le llevaron al estanque.

¡Qué sorpresa!
¡Qué espectáculo!

Fue algo que nunca
habría podido esperar.
Una niña de belleza sin igual,
danzando libre y feliz
en la noche más agradable
que se puedan ustedes imaginar.

Con sigilo se acercó,
se detuvo delante de ella
y en silencio la observó.
Ella dejó de danzar y corriendo
tras un arbusto se escondió.
Él, sonriendo y extendiendo su mano
le dijo —no temas
la niña se acercó tímidamente,
se detuvo y callada lo miró.
Tantas veces habían estado tan cerca,
él … traveseando los lotos del estanque,
y ella … una princesa atrapada
en un cisne de blancura sin igual.
Como viejos amigos
bailaron un vals, y otro,
y uno más… y así…
hasta el amanecer.
Ella se alejó,
caminó hacia el estaque
y ante sus atónitos ojos
en un blanco cisne se transformó.

Noche tras noche el joven llegó,
fueron noches de vals,
de inocencia ... y de amor.
—¿Cómo liberarla?
¿cómo evitar que regrese al estanque?
En voz alta una vez él se preguntó.
—Si no regresa… muere.
Le susurró, burlándose,
el malvado viento del oscuro bosque.

Finalmente,
una de tantas veces,
el joven no pudo resistir,
y es así que,
lleno de desesperación,
tomó su mano cuando ella se alejaba,
y con el primer haz de luz del nuevo amanecer,
en un cisne... él también se transformó.
Desde entonces
nadie ha sabido nada de él
desde entonces … durante el día,
dos cisnes navegan en el apacible estanque,
y por las noches…
dicen haber visto bailar felices
a un par de apasionados
y jóvenes amantes.


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