Escritos en Nicaragua presenta a |
El lago de los cisnes a mi Rusia linda y querida Atrapada en un estanque, prisionera de la belleza, vive una niña. De día,… es un cisne, de noche … una exquisita y delicada princesa, de día nada buscando inútilmente su añorada libertad, de noche danza distraída en medio de una cómplice y disimulada oscuridad. Sus melancólicas piruetas retan a la penumbra, así ella encara su castigo, así ella vence... noche tras noche, el aislamiento de su forzada soledad. Todos los días, un joven pasea por el estanque, buscando … quizás su propia vida, quizás a una amante cuyo amor trascienda los mundanos placeres que ofrece la frívola y siempre tentadora piel lasciva. El cisne navega como si nada, desapercibido, ¿qué podría este cisne esconder? ¿qué secreto podría este cisne guardar? Sin embargo ... el joven, por alguna extraña razón no se marcha, tal vez no tiene a donde ir… o quizás… o quizás a él le basta con contemplar al manso y sereno espejo de agua apenas perturbado por el cisne y su apacible navegar. |
En una noche de insomnio, de grillos elocuentes, de luna llena e infinidad de estrellas insolentes, una vez más, sus pies le llevaron al estanque. ¡Qué sorpresa! ¡Qué espectáculo! Fue algo que nunca habría podido esperar. Una niña de belleza sin igual, danzando libre y feliz en la noche más agradable que se puedan ustedes imaginar. Con sigilo se acercó, se detuvo delante de ella y en silencio la observó. Ella dejó de danzar y corriendo tras un arbusto se escondió. Él, sonriendo y extendiendo su mano le dijo —no temas la niña se acercó tímidamente, se detuvo y callada lo miró. Tantas veces habían estado tan cerca, él … traveseando los lotos del estanque, y ella … una princesa atrapada en un cisne de blancura sin igual. Como viejos amigos bailaron un vals, y otro, y uno más… y así… hasta el amanecer. Ella se alejó, caminó hacia el estaque y ante sus atónitos ojos en un blanco cisne se transformó. Noche tras noche el joven llegó, fueron noches de vals, de inocencia ... y de amor. |
—¿Cómo liberarla? ¿cómo evitar que regrese al estanque? En voz alta una vez él se preguntó. —Si no regresa… muere. Le susurró, burlándose, el malvado viento del oscuro bosque. Finalmente, una de tantas veces, el joven no pudo resistir, y es así que, lleno de desesperación, tomó su mano cuando ella se alejaba, y con el primer haz de luz del nuevo amanecer, en un cisne... él también se transformó. |
Desde entonces nadie ha sabido nada de él desde entonces … durante el día, dos cisnes navegan en el apacible estanque, y por las noches… dicen haber visto bailar felices a un par de apasionados y jóvenes amantes. |