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Migración y gastronomía
La nostalgia por la comida nacional
Cuando una persona abandona su tierra natal para establecerse en otro país, o sea, se convierte en un emigrante; deja detrás una serie de elementos: el paisaje, el barrio, la ciudad o el pueblo, la cultura, los amigos, la familia; que permanecerán en sus recuerdos con mayor o menor intensidad, y podrán generar en determinados momentos.
Uno de estos elementos que más recordarán son los platillos de la cocina tradicional, no sólo porque se suele comer todos los días; sino por el conjunto de sensaciones, olor, color, sabor que participan del acto de ingerir alimentos; así como por las emociones asociadas a la comida cuando esta es uno de los ejes de diferentes celebraciones familiares, religiosas, culturales en general.
Aunque la nostalgia implica un sentimiento de anhelo y añoranza, al que muchos asocian con sentimientos de tristeza y melancolía, hace tiempo los especialistas reconocen que también puede ser positiva y rememorar sentimientos de afecto, calidez y felicidad.
Los platillos de la cocina tradicional del migrante, por su asociación con las celebraciones antes mencionadas suelen generar una nostalgia positiva, la cual puede ser de gran ayuda al migrante para superar malos momentos y realizar reflexiones que lo ayuden a retomar fortalezas de su pasado.
El anhelo y la añoranza por nuestras comidas tradicionales nos llevan a preparar, siempre que sea posible, algún que otro plato típico de nuestro país. Esto nos puede ayudar a desarrollar en nuestros hijos las raíces de nuestra cultura nacional. Ya que al cocinar los platos nacionales o regionales del lugar del cual somos originarios, deberemos explicarle como surgieron o se crearon, la manera de prepararlos y el porqué de esta, la forma de consumirlos, en que fecha se acostumbra comerlos.
La nostalgia por los platillos típicos de nuestra tierra puede contribuir a que disfrutemos momentos de bienestar y gozo, al reunirnos con otros compatriotas emigrantes como nosotros; para compartir esas comidas, junto a las cuales estarán la música, los bailes, los juegos de nuestra cultura, y quizás también alguna bebida propia del terruño.
También se crearán redes sociales al intercambiar con otros paisanos productos de la tierra natal, necesarios para elaborar esos platillos tradicionales, conseguidos al viajar o al recibir algún paquete de la familia. Y además se formarán grupos de intercambio con nacionales del país, que se interesarán por nuestra cultura, preguntarán por la comida típica de nuestro país y desearán probarla.
Disponible en: y Librería Macondo (León, Nicaragua) |




1 comentario:
De acuerdísimo y la añoranza y nostalgia por elementos de tu entorno de niñez y juventud no solo está vinculado a la gastronomía del terruño, sino de muchas otras cosas como las relaciones entre vecinos, las vacaciones familiares, las fiestas locales y demás actividades que desarrollan las personas en sus comunidades. Yo el gallopinto y nacatamales los añoro a la semana de estar fuera, ya no se diga por mas tiempo; hasta añoro mi cama y el cagadero de mi habitación, pajas mentales …
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