Escritos en Nicaragua presenta a |
En la Iglesia Santa Ana el jueves recién pasado entré al rezar al Señor el que se encuentra acostado. Es el del Santo Sepulcro que trajeron de El Realejo de quien se cuenta una historia que a todos deja perplejo. Esa bella obra de arte que con sus manos moldeó un día de tantos un hombre con las mismas que pecó. Primero fueron sus piernas con sus venas resaltadas por las caídas y golpes las tenía bien moradas. Siguió con la zona pélvica con los huesos bien crispados igual que mi tío Enrique que pasó meses postrado. Su estómago bien hundido casi toca el espinazo deseos tengo señores yo de darle un gran abrazo. Esa tremenda cortada que perforó tus costillas cuanto yo daría Padre, para que fueran las mías. Tu Rostro Señor. i¡¡¡Que Rostro!!! ¿"Por qué me hiciste exacto"? preguntaste al interfecto. Y repuesta no encontraste, porque al autor a tus pies, el cayó muerto. Octubre 23, 2003 |
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