viernes, 14 de marzo de 2025

El tipo de narrador

Escritos en Nicaragua
presenta a
y
su bitácora

El tipo de narrador

¿Cómo funciona un texto narrativo? ¿qué tipo de narrador escogió el escritor como el guía de su historia?, ¿en verdad debe empezar en el inicio para que funcione? ¿qué pasa si inicia por la mitad o por el final?, ¿es necesario describir a todos los personajes?, ¿el escritor usó saltos temporales para mantener en vilo al lector? La fluidez de los diálogos, ¿hace que suenen verosímiles? ¿La trama y el argumento funcionan?, ¿existe una historia del relato y la otra historia sicológica en el o los personajes? La extensión de los diálogos, ¿trasmite algo? Y si se reduce, ¿crea una lectura más agradable?, ¿la elipsis literaria ayuda al texto o es por falta de narración?

Esas son algunas de las preguntas que de se hace una un editor antes de leer un texto narrativo, llamase novela o relato. Por el momento hablaremos de los tipos de narradores según el uso que requiera el escritor para que la historia funcione.

Los tipos de narradores son tres: omnisciente, testigo y protagonista. Con el primero pasa que se puede subdividir en dos categorías más: multiselectivo y el equisciente.

Iniciemos con el omnisciente: narrado en tercera persona del singular, puede estar de dos formas, impersonal y aséptico.

Era un viejo que pescaba solo en un bote en el Gulf Stream y hacía ochenta y cuatro días que no cogía un pez. En los primeros cuarenta días había tenido consigo a un muchacho. Pero después de cuarenta días sin haber pescado los padres del muchacho le habían dicho que el viejo estaba definitiva y rematadamente salao, lo cual era la peor forma de la mala suerte, y por orden de sus padres el muchacho había salido en otro bote que cogió tres buenos peces la primera semana. Entristecía al muchacho ver al viejo regresar todos los días con su bote vacío, y siempre bajaba a ayudarle a cargar los rollos de sedal o el bichero y el arpón y la vela arrollada al mástil. La vela estaba remendada con sacos de harina y, arrollada, parecía una bandera en permanente derrota. 

(El viejo y el mar, Ernest Hemingway).
O haciendo comentarios y hasta casi emitiendo juicios de valor sobre las acciones de los personajes.

Durante el día, Teresa trataba (aunque con éxito sólo parcial) de creer en lo que decía Tomás y de estar alegre como lo había estado hasta entonces. Pero los celos domados durante el día se manifestaban con tanta mayor fiereza en sus sueños, que terminaban siempre en un lamento del que él tenía que despertarla. Los sueños se repetían como variaciones sobre temas o como seriales de televisión. Con frecuencia se reiteraban, por ejemplo los sueños sobre gatas que le saltaban a la cara y le clavaban las uñas. Podemos encontrar una explicación bastante sencilla para esto: en el argot checo, gata es la denominación de una mujer guapa. Teresa se sentía amenazada por las mujeres, por todas las mujeres. Todas las mujeres eran amantes en potencia de Tomás y ella les tenía miedo.

(La insoportable levedad del ser, Milan Kundera).
Ahora bien, refiriéndonos al multiselectivo, es cuando el narrador sabe de todo sobre la mayoría de los personajes, se adentra en sus pensamientos, en sus motivaciones y el equisciente es el que sabe sobre uno o dos personajes, del resto nos deja sólo su participación en los diálogos o acciones.

En el narrador testigo, asistimos a lo que alguien nos cuenta del protagonista o los protagonistas, es sólo participe oyendo y rememorando lo sucedido con este personaje. 

A lo largo de las noches del verano llegaba la música desde la casa de mi vecino. Por sus jardines azules se paseaban hombres y mujeres cual chapolas, en medio de susurros, champaña y estrellas. En las tardes, cuando la marea estaba alta, yo veía a sus huéspedes zambullirse en el agua desde la torre de su plataforma flotante, o tomar el sol en la arena caliente de su playa, mientras sus dos botes de motor cortaban las aguas del estuario, arrastrando los deslizadores sobre cataratas de espuma. En los fines de semana, su Rolls-Royce se convertía en ómnibus para traer y llevar grupos de la ciudad entre las nueve de la mañana y hasta mucho después de la media noche, mientras su camioneta correteaba corno un vivaz insecto amarillo al encuentro de todos los trenes.

(El gran Gatsby, F. Scott Fitzgerald).
El tercero, narrador protagonista, nos cuenta en primera persona su historia y cómo ciertas situaciones lo orillaron a tomar ciertas decisiones que influyeron en su vida e hicieron que lo que contara llevara ese toque literario alejado de una anécdota común. 

Me acuerdo, no me acuerdo: ¿qué año era aquél? Ya había supermercados pero no televisión, radio tan sólo: Las aventuras de Carlos Lacroix, Tarzán, El Llanero Solitario, La Legión de los Madrugadores. Los Niños Catedráticos, Leyendas de las calles de México, Panseco, El Doctor I.Q., La Doctora Corazón desde su Clínica de Almas. Paco Malgesto narraba las corridas de toros, Carlos Albert era el cronista de futbol, el Mago Septién trasmitía el beisbol. Circulaban los primeros coches producidos después de la guerra: Packard, Cadillac, Buick, Chrysler, Mercury, Hudson, Pontiac, Dodge, Plymouth, De Soto. Ibamos a ver películas de Errol Flynn y Tyrone Power, a matinés con una de episodios completa: La invasión de Mongo era mi predilecta. Estaban de moda Sin ti, La rondalla, La burrita, La múcura, Amorcito Corazón. Volvía a sonar en todas partes un antiguo bolero puertorriqueño: Por alto esté el cielo en el mundo, por hondo que sea el mar profundo, no habrá una barrera en el mundo que mi amor profundo no rompa por ti.

(Las batallas en el desierto, José Emilio Pacheco).
Elegido el tipo de narrador la pregunta siguiente es qué quiero contar y cómo lo voy a decir, a lo primero le llamamos argumento y lo siguiente es la trama, ¿cómo iniciar la historia? ¿desde el principio? ¿y si la iniciáramos del final como lo hace García Márquez con Crónica de una muerte anunciada? ¿Usaremos saltos temporales? ¿será una historia fragmentada? ¿los personajes serán planos o redondos?

Elegido el tipo de narrador, que el argumento y la trama hagan el resto. El asunto está en manos del escritor y sabrá que para que la historia funcione deberá utilizar los recursos más útiles para atrapar al lector.


******
Escritos en Nicaragua

No hay comentarios: