Escritos en Nicaragua presenta a |
Durante las tardes calurosas, en un taller de joyería, cada obrero se reunía a disfrutar de mieles sabrosas. Compraban de todo al pasar: cajetas, rosquillas, atolillo, picos, perrerreques y panecillo; verdaderas delicias para el paladar. Espero que nadie se arreche de lo que a mí me han contado, de que el dulce más gustado era un pequeño bollito de leche que un chavalo llegaba a vender en una pana muy bien tapados, con blancos manteles bordados muy cerca del anochecer. Pero dejaron de disfrutar aquel agradable dulcito cuando un día el muchachito a la joyería no volvió a llegar. Lo esperaban ya una semana sin que llegara a vender, cuando lo vieron aparecer pero esta vez sin la pana. Con un tono muy pausado les comenzó a relatar, de que no volvió a llegar porque su mamá se había curado de la hemorroides inflamada que tuvo por tratamiento, hacer diario un asiento en tres litros de leche helada. Del remedio la mamá pensó no perder ni un poquito, por lo que hizo el bollito que luego a todos vendió. |
4 comentarios:
Gallo esos boletos de leche me imagino que eran muy especiales en tu tiempo y que eras arrecho a comerlos
Felicitaciones, es un poema muy bien estructurado, el rigor de la forma es un Arte que en la poesía está muriendo...
Muchas gracias por comentar.
Las rimas fueron muy bien elaboradas, pero la imaginacion prevaleció en este poema. Habia que optimizar la materia prima, en esos tiempos de segura crisis.
Saludos Dr. Gerardo Gallo. Felicitaciones por tus escritos.
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