sábado, 20 de septiembre de 2025

El Chacuatol: Y pues contáis con todo, falta una cosa... ¡Dios!

XIII.- Y pues contáis con todo, falta una cosa... ¡Dios!

Fui educado bajo la influencia de frailes de la Orden de los Predicadores Dominicos en el credo que promulga la Iglesia Católica Apostólica Romana, pero también tuve acceso a uno que otro conocimiento científico, sin embargo, mi cosmovisión, a pesar de ser heterodoxa, no es hostil al credo católico.


Es oportuno mencionar que no he hecho ningún tipo de estudio teológico más allá de las clases de religión que en su momento recibiera en las aulas del colegio San Luis Beltrán de Chinandega.

También, es conveniente recordar que he sido es un lector pasivo de la Biblia, es decir que en muy raras ocasiones la ha tomado en sus manos. Sin embargo, sí la ha leído, pasivamente, a través de las lecturas y homilías de las misas dominicales.

XIII.1.- La Fe y la religión

Un ser humano puede ser creyente y, en principio, para ello no necesita ser religioso. Un ser humano puede ser religioso y no tener fe. La religión existe porque ha sido el medio más sencillo que los creyentes han encontrado para poder preservar, de generación en generación, la fe. Casualmente es por ello que, el autor define, los problemas de la Iglesia Católica, a través de las siguientes preguntas:
  • ¿Cómo transmitir la fe a las generaciones que en este momento están naciendo?
  • ¿Cómo preservar la fe en los actuales miembros de la comunidad?
  • ¿Cómo convencer a otros miembros de la comunidad para que se incorporen al credo católico?
Definimos la fe como la facultad, y la aptitud, necesaria para aceptar el credo católico como verdad.

El Bautismo y La Biblia

A través de las centurias la religión ha respondido a estas preguntas con el Bautismo y con la Biblia, esa ha sido la solución del problema. Durante el Bautismo, el Espíritu Santo le transmite milagrosamente, al individuo, la gracia de la fe. Es decir que, a partir de ese momento, el individuo adquiere, sin mayor mérito y esfuerzo, la fe.

Hasta donde es del conocimiento del autor, esta visión teológica del bautismo es un dogma y no lo va a cuestionar porque no es la intención del autor iniciar una polémica teológica sobre asuntos teosóficos, además, como bien le enseñaron en el colegio San Luis Beltrán de Chinandega, una polémica de este tipo resulta siempre estéril y no vale la pena sostenerla.

En el pasado, la mayoría de los bautizados no aprendían a leer y escribir, es decir que, al igual que el autor, eran lectores pasivos de la Biblia, es decir que conocían el contenido de las Sagradas Escrituras gracias a las lecturas que tienen lugar durante los oficios religiosos.

En realidad, la cosmología de la Biblia es simple y únicamente se remite a describir la creación.

Para el autor, los conflictos entre la cosmología y la cosmovisión católica no tienen fundamento teológico alguno. Son el resultado de la lentitud con que el conocimiento se fue acumulando a lo largo de los últimos doce mil años. En otras palabras, fueron el resultado de la ignorancia y de las vanidades cognoscitivas de los pocos individuos que recibían educación, tanto religiosa y como científica. Para el autor, el conflicto cosmología vs. cosmovisión es más bien un asunto relacionado más con el método que con la teología.

Inicialmente, se impuso el Método Deductivo, el más obvio y simple porque está basado en la observación. Bajo este método surgió la cosmovisión del modelo geocéntrico de Ptolomeo.

Después, las leyes de la lógica dieron paso al Método Inductivo y el modelo geocéntrico empieza a ser cuestionado.

Ambos métodos, sumados al surgimiento de novedosos instrumentos de observación y de medición, dieron paso al Método Analítico, el cual consiste en descomponer un problema en diferentes partes para investigar cada una por separado y posteriormente evaluar la interrelación entre ellas.

Isaac Newton sistematiza el método y establece que la estructura de la realidad no coincide absolutamente con las matemáticas. Por lo tanto, los modelos deben obtenerse en base de la experimentación y de las comprobaciones físicas. Había nacido el Método Empírico. Después se logra establecer que los métodos no son excluyentes, sino que incluyentes.

La experimentación funciona en sistemas cerrados porque todas las variables están bajo control, pero los sistemas relacionados con la sociedad son totalmente abiertos y es imposible poder determinar la totalidad de los factores que influyen en un fenómeno. Es por eso que en el siglo XIX surge el Método Sintético, el cual consiste en identificar, ponderar y juntar los principales componentes que describen un fenómeno de tal manera que, en determinado momento, se puedan hacer conclusiones con un nivel de certidumbre verificable estadísticamente.

La unión entre el conocimiento acumulado con el método, hace que resulte obvio que, desde el punto de vista práctico, el problema de la transmisión, y preservación de la fe trascendió, no solamente al rito religioso del bautismo, sino que al mismísimo dogma. 


Las estadísticas hablan por sí mismas y está visto que, en la actualidad, de poco servirá el dogma del bautismo para revertir la tendencia implosiva del catolicismo porque el bautismo, per se, está resultando insuficiente para preservar la fe.

XIII.2.- La madre de todas las paradojas, a mayor conocimiento, mayor Fe

Debido a la confusión entre cosmología y cosmovisión, es que el catolicismo por mucho tiempo presentó a la ciencia en conflicto con la fe. Pero si partimos que dicha confusión no tiene fundamentos teológicos, sino que son el resultado de la lentitud con que el conocimiento se fue acumulando, a lo largo de los últimos doce mil años, entonces resulta obvio que el problema de fondo no es la fe, sino que la religión. Es por eso que, paradójicamente, la fe nunca se fortalecerá promoviendo con la ignorancia.

Por el contrario, el autor ve al conocimiento como un aliado de la fe y considera que, únicamente a través del fortalecimiento del conocimiento se puede fortalecer la fe. Prueba de lo anterior es la Biblia misma.

La Biblia es un documento que guarda mucha información, mucho conocimiento. El autor no es especialista en asuntos bíblicos y aprovecha eso para limitar los textos en tres tipos:
  • Palabra Revelada
  • Mitología
  • Historia
El autor estima que el Génesis de la Biblia empezó a transmitirse de manera oral y a tomar su forma actual hace unos veinte mil años. Ahora tratemos de imaginarnos los conocimientos y capacidades cognoscitivas de un Homo sapiens de aquellos días.

Era un individuo, intelectualmente hablando, sumamente limitado, no tenía conciencia matemática, ya que al no existir la propiedad el concepto de número era totalmente innecesario y, por consiguiente, desconocido.

No sabía leer y ni escribir. Para este Homo sapiens el tamaño del universo era de unos 50 km².

Debido a la baja esperanza de vida, 25 a 30 años, este hombre no tenía abuelos y, es por eso que su memoria era muy corta. Este hombre podía recordar y contar las cosas que habían hecho él y sus padres. A pesar de todo, esa capacidad de recordar eventos del muy corto plazo, le permitió adquirir la habilidad de contar historias.

Pero la memoria era de tan corto plazo que usualmente las historias morían junto con el contador de historias.

Eventualmente, aprendió a memorizar a través de pinturas rupestres. La piedra era un medio físico eterno. El pintor contaba una historia y los miembros de la tribu ya no solamente escuchaban, sino que también podían verlas.

Pero lo más importante es que las historias preservadas en la piedra pudieron seguir siendo contadas aun cuando el contador de historias ya hubiese muerto. Inicialmente, a pesar de que la historia seguía viva, la identidad del contador de historias era olvidada.

Pero eso cambió con el surgimiento de la ganadería y la agricultura.

Los primeros registros arqueológicos de actividad agropecuaria datan de unos doce mil años atrás, en el área conocida como el creciente fértil, desde Canaán (Jericó), pasando por el sur de Turquía (Çatal Hüyük), hasta Mesopotamia y el Golfo Pérsico. Este fenómeno sociológico iba a cambiar todo. Los Homo sapiens habían adquirido las habilidades y capacidades, no solamente de transformar el medioambiente, sino que además la capacidad de hacerse daño mutuamente.

Dios tenía que encontrar la manera de responderle al hombre del neolítico todas las preguntas existencialistas que surgieron con la consciencia, tenía que enseñarle a diferenciar entre el bien y el mal. Pero,
  • ¿Cómo se le explica al hombre del neolítico el Big Bang?
  • ¿Cómo se le explica al hombre del neolítico la evolución?
  • ¿Cómo se le confieren a este hombre los primeros rudimentos de moral? 
Recordemos que este hombre tiene, comparativamente hablando, gigantescas limitaciones cognoscitivas. Pues bien, estas tres preguntas tienen una respuesta muy sencilla.

Todas esas explicaciones y enseñanzas se le transmiten a este hombre a través de la más fascinante, fantasiosa e inverosímil historia que hasta la fecha alguien haya contado, el libro del Génesis.

El Génesis es una historia cosmológica sumamente compleja que, al autor le parece poco probable que un hombre de aquellos días, con sus gigantescas limitaciones cognoscitivas, pudiera concebir si no ha sido porque alguien ya se la contó de previo. Si no, pregúntese usted mismo, amigo lector:

¿Cree usted, estimado lector, que posee la capacidad creativa, la imaginación y la suficiente fantasía, como para crear, de la noche a la mañana, una historia cosmológica tan compleja como lo son los primeros tres capítulos del Génesis?

El autor se considera a sí mismo un individuo lo suficientemente preparado sobre asuntos científicos y, a pesar de ello, si no ha sido porque le contaron la historia, no tendría ni la creatividad, ni la imaginación, ni la fantasía para contar tal inverosímil y alucinante historia.

La fabulosa contribución de la encíclica Humani Generis del Papa Pío XII, en 1950, es que libera al creyente católico de la interpretación literal de la Biblia.

Las implicaciones de esta encíclica son de una magnitud colosal porque, al liberar al creyente católico de la madre de todos los dogmas, tácitamente lo libera de los demás dogmas.

En sus dos últimos párrafos (36–37), la encíclica Humani Generis libera al creyente católico del mayor conflicto existencialista de todos los tiempos, le quita la camisa de fuerza de la Biblia y le dice: tome la evidencia y admire aún más al Creador.

Sucede que en el siglo XX el credo católico estaba en una disyuntiva únicamente comparable a la que vivió el mismísimo Homo sapiens hace doce mil años, y es que, si las evidencias astronómicas y las evidencias paleontológicas eran tomadas como verdad, pues entonces todo escrito en la Biblia sería literalmente falso.

La hipótesis alterna sería que, si todo lo de la Biblia es literalmente verdadero, pues todas las evidencias astrofísicas y paleontológicas serían pruebas fabricadas por los científicos con la ayuda de, nada más y nada menos, el mismísimo Lucifer.

Este dilema se solucionó bajo los principios del método deductivo, soportada con la evidencia experimental y fósil. Sin embargo, lejos de ser una solución salomónica, es una solución netamente inductiva porque la lógica comparativa nos muestra que, la historia que Dios nos contó hace doce mil años sigue, no sólo vigente, sino que, además fortalecida por las evidencias astrofísicas, las evidencias paleontológicas y las evidencias del método sintético que han logrado escudriñar la historia de la creación hasta la fracción de tiempo tan pequeña como t < 10-43 segundos.

Comparemos pues la historia que cuenta el Génesis y con la evidencia científica.

Vale la pena mencionar que este ejercicio metafísico de comparar el Génesis con la teoría cosmológica moderna, la realizó el autor, en total silencio y discreción durante muchos años y que sólo se atrevió a hacerlo en público después de haber leído el folleto “Creation and Genesis” de Catholics Answers y que está disponible en: https://www.catholic.com/tract/creation-and-genesis

XIII.3.- Génesis vs Evidencia científica

Es el momento de hacer el ejercicio metafísico que el autor ha venido haciendo desde los años 70, que no es otro que comparar el Génesis [41] de la Biblia  con la evidencia científica.

La gran trampa que existe entre la historia contada en el Génesis y la que nos cuenta la Cosmología contemporánea es el marco referencial del tiempo. La primera establece un marco referencial temporal de 7 días, la segunda establece un marco referencial más amplio, desde 10−43 segundos hasta los 14 mil millones de años.

El truco para realizar correctamente el ejercicio metafísico de comparar el Génesis con la Cosmología contemporánea es hacer a un lado el marco referencial temporal y enfocarnos en los eventos. Es por eso que este ejercicio metafísico consta de 2 partes:

Primero, haga a un lado el concepto del tiempo y la forma en que lo percibimos de tal manera que nos enfoquemos sólo en los eventos.

Segundo, compare los eventos pero desde un punto de vista conceptual.

Ahora sí, comparemos el Génesis con la Evidencia Científica.

La BibliaCosmología
Génesis 1 - Al principio Dios creó el cielo y la tierra. La tierra era algo informe y vacío, las tinieblas cubrían el abismo, y el soplo de Dios se aleteaba sobre las aguas. Hace 13,800 millones de años, el Universo era una Singularidad Cuántica.

Big Bang - t <10−43s -T=1032K.

Fase inflacionaria – t=10−35 - El universo se enfría- T=1027K

Edad de los leptones - t=10−6- El universo tiene el tamaño de nuestro Sistema Solar – T=1016K

Edad de los nucleonest=10−6 a 225s  - El universo está formado por protones, neutrones y en equilibrio térmico – T=109K

Edad de la nucleosíntesis t=225s a 1.000 años – Se forman los primeros núcleos atómicos - T=2.5*104K

Edad de los iones - t=mil a 3 mil años - El universo está lo suficientemente caliente como para ionizar cualquier átomo formado. El universo está formado por electrones, positrones, protones, núcleos ligeros y fotones.

Edad de los átomos  t=300 mil años, el universo se enfría por debajo de 105K y los fotones constituyen la radiación de fondo de microondas – T=3.5*103K

La BibliaCosmología
Génesis 1, 3 - Entonces Dios dijo:
"Que exista la luz". Y la luz existió.
Dios vio que la luz era buena,
y separó la luz de las tinieblas;
y llamó Día a la luz
y Noche a las tinieblas.
Así hubo una tarde y una mañana:
este fue el primer día.
Se forman las estrellas
fin del período oscuro

Edad
300 mil años

 T=3.5*103K

La BibliaCosmología
Génesis 1, 6 - Dios dijo:
"Que haya un firmamento en medio de las aguas,
para que establezca una separación entre ellas".
Y así sucedió. Dios hizo el firmamento,
y este separó las aguas que están debajo de él,
de las que están encima de él;
y Dios llamó Cielo al firmamento.
Así hubo una tarde y una mañana:
este fue el segundo día.
Se forman las galaxias

300 mil años a la fecha

T=2.7K

La BibliaCosmología
Génesis 1, 14 - Dios dijo:
"Que haya astros en el firmamento del cielo
para distinguir el día de la noche;
que ellos señalen las fiestas, los días y los años,
y que estén como lámparas
en el firmamento del cielo para iluminar la tierra".
Y así sucedió.
Dios hizo los dos grandes astros
–el astro mayor para presidir el día
y el menor para presidir la noche–
y también hizo las estrellas.
Y los puso en el firmamento del cielo
para iluminar la tierra,
para presidir el día y la noche,
y para separar la luz de las tinieblas.
Y Dios vio que esto era bueno.
Así hubo una tarde y una mañana:
este fue el cuarto día
Se forma el planeta Tierra

Hace 4.54 millardos de años

La BibliaCosmología
Génesis 1, 9 - Dios dijo:
"Que se reúnan en un solo lugar
las aguas que están bajo el cielo,
y que aparezca el suelo firme".
Y así sucedió.
Dios llamó Tierra al suelo firme
y mar al conjunto de las aguas.
Y Dios vio que esto era bueno
Se condensa el agua

Hace 4.5 millardos de años

La BibliaCosmología
Génesis 1, 11 - Entonces dijo:
"Que la tierra produzca vegetales,
hierbas que den semilla y árboles frutales,
que den sobre la tierra frutos
de su misma especie con su semilla adentro".
Y así sucedió.
La tierra hizo brotar vegetales,
hierba que da semilla según su especie
y árboles que dan fruto
de su misma especie con su semilla adentro.
Y Dios vio que esto era bueno.
Así hubo una tarde y una mañana:
este fue el tercer día.
Vida microbiana
Hace 3.8 millardos de años

Fotosíntesis
Hace 3.7 millardos de años

Organismos multicelulares
Hace 2.2 millardos de años


La BibliaCosmología
Génesis 1, 20 - Dios dijo:
"Que las aguas se llenen
de una multitud de seres vivientes
y que vuelen pájaros sobre la tierra,
por el firmamento del cielo".
Dios creó los grandes monstruos marinos,
las diversas clases de seres vivientes
que llenan las aguas deslizándose en ellas
y todas las especies de animales con alas.
Y Dios vio que esto era bueno.
Entonces los bendijo, diciendo:
"Sean fecundos y multiplíquense;
llenen las aguas de los mares
y que las aves se multipliquen sobre la tierra".
Así hubo una tarde y una mañana:
este fue el quinto día.
Aparece la fauna marina
Hace 600 millones de años

Las algas migran del agua a la superficie del planeta
Hace 440 millones de años

Aparecen los insectos y los vertebrados.
Hace 300 millones de años

La BibliaCosmología
Génesis 1, 24 - Dios dijo:
"Que la tierra produzca
toda clase de seres vivientes:
ganado, reptiles
y animales salvajes de toda especie".
Y así sucedió.
Dios hizo las diversas
clases de animales del campo,
las diversas clases de ganado
y todos los reptiles de la tierra,
cualquiera sea su especie.
Y Dios vio que esto era bueno.
Aparecen los mamíferos
Hace 200 millones de años

La BibliaCosmología
Génesis 1, 26 - Dios dijo:
"Hagamos al hombre a nuestra imagen,
según nuestra semejanza;
y que le estén sometidos los peces del mar
y las aves del cielo, el ganado,
las fieras de la tierra,
y todos los animales que se arrastran por el suelo".
Y Dios creó al hombre a su imagen;
lo creó a imagen de Dios,
los creó varón y mujer.
Y los bendijo, diciéndoles:
"Sean fecundos, multiplíquense,
llenen la tierra y sométanla;
dominen a los peces del mar,
}a las aves del cielo
y a todos los vivientes
que se mueven sobre la tierra".
Surge el género Homo

Hace 2 millones de años

Con suma facilidad podemos notar la pasmosa similitud entre ambas historias, cuya concatenación de eventos es asombrosamente impresionante.

Dicho de otra manera, ambas historias son la misma, sólo que la primera le fue contada al hombre del neolítico y la segunda, al hombre de la mecánica cuántica.

Pero el asunto es más asombroso aún y no nos da pereza volver a traer a colación la siguiente evidencia:

Juan 1, 1-5 – “En el principio existía la Palabra y la Palabra estaba con Dios, y la Palabra era Dios. Ella estaba en el principio con Dios. Todo se hizo por ella y sin ella no se hizo nada de cuanto existe. En ella estaba la vida y la vida era la luz de los hombres, y la luz brilla en las tinieblas, y las tinieblas no la vencieron.”

Según la Ley de la Conservación de la Información, un principio de la física que estipula que la información no se crea ni se destruye, ya que según la Mecánica Cuántica, toda la “Información” de un Sistema está codificada en su Función de Onda y persiste aún cuando esta Colapsa, en otras palabras, la información sobre el estado de un sistema físico se conserva a lo largo del tiempo, incluso si este experimenta cambios.

Los físicos se preguntan que había antes del Big Bang, pues bien, basado en la Ley de la Conservación de la Información y después de leer y analizar a Juan 1, 1-5, llego a la conclusión de que lo que había antes del Big Bang era "Información".

La "Información" es lo que le permitió a la materia organizarse de la manera en que lo hizo.

En realidad todo es "Información", nosotros somos información, nuestro ADN es "Información". 

Todo en el Universo es "Información". "Información" es lo que había antes del Big Bang, si no hubiese habido "Información" el universo no sería como es y si Dios es "Información", y nosotros somos "Información", entonces nosotros fuimos hechos a semejanza de Dios.

Al igual que ocurrió con el Génesis, el autor tiene la certeza de que hoy en día muchos conocen y repiten de memoria la historia según la cosmología contemporánea y, a pesar que les resulta totalmente incompresible, la aceptan como verdad por el sólo hecho de que así se lo han enseñado.

Por ejemplo, el hombre contemporáneo entiende a la gravedad y es gracias a ese entendimiento que es sólo cuestión de tiempo para que el Homo sapiens colonice la Luna y Marte, bueno, obviamente primero tiene que sobrevivirse a sí mismo. Pero, a pesar del funcional entendimiento relativista del fenómeno, sus conocimientos sobre la gravedad, desde el punto de vista fundamental, son todavía sumamente limitados, tan es así que en la actualidad no hay una definición contundente de lo que es la gravedad.

Amigo lector, y si usted fuera Dios, ¿cuál de estas dos historias le contaría al hombre del neolítico?

Pero para confirmar la existencia de la madre de todas las paradojas – a mayor conocimiento, mayor fe, recurriré al caso del fraile de la Orden de los Predicadores Dominicos - Giordano Bruno.

El conocimiento de Giordano Bruno, y muchas de las conclusiones a las que llegó, en la actualidad son aceptadas como parte del sentido común y son tomadas como verdad. 

Según Bruno, la Tierra giraba alrededor del sol y afirmaba que la aparente rotación diurna de los cielos es una ilusión causada por la rotación de la Tierra alrededor de su eje.

Bruno sostuvo que, porque Dios es infinito, el universo podría reflejar este hecho. 

Según Bruno, el universo es homogéneo e isótropo, es decir, tiene más o menos las mismas características en cualquier lugar donde nos encontremos, algo que fue plenamente demostrado por la ley de la Periodicidad de los Elementos de Mendeleev. 

Bruno tenía una concepción materialista de la realidad, según la cual todos los objetos se componen de átomos que se mueven por impulsos.

Giordano Bruno fue declarado hereje por la inquisición, se ordenó que sus libros fueran quemados en la plaza de San Pedro e incluidos en el índice de libros prohibidos. La inquisición entregó a Bruno a las autoridades correspondientes para que fuera castigado por el delito de herejía.

Bruno pudo retractarse de una manera similar a como lo hiciera Galileo Galilei, pero su fe, surgida del conocimiento que poseía, era tan grande que para él retractarse significaba una condena aún mayor que la muerte misma. Su actitud contraviene al instinto de conservación de la selección natural y su irracionalidad sólo puede ser explicada por su fe.

I rest my case.

La Palabra Revelada – un Fósil escrito en la Piedra

A pesar de que es hasta ahora que el autor hace público la comparación de estas dos versiones de la misma historia, en realidad se trata de un ejercicio metafísico que ha venido realizando desde septiembre de 1971, después que recorriera por primera vez los esqueletos de unos cuantos dinosaurios.

Todo inició en marzo del mismo 1971, cuando el autor inició sus estudios de preparación para su primera comunión, la cual tuvo lugar el 30 de mayo del mismo año. 

En sí, la evidencia fósil no tenía mayor importancia, lo verdaderamente impactante era la edad del fósil. Sin embargo, dicha experiencia no sembró dudas en los infantiles pensamientos del autor, la instrucción del catecismo estaba muy fresca y sólida y, en vez de cuestionar, el autor pensó que debía haber un punto de intersección entre la historia de la Biblia que escuchó durante el catecismo y la historia que escuchó en el Museo Field de Historia Natural de Chicago.

Uso deliberadamente el término matemático de intersección porque estaba en segundo grado de primaria y recién había empezado a estudiar la teoría de conjuntos y ese fue el concepto que vino a mi mente. Decidí no negar lo primero, ni rechazar lo segundo, sino buscar la manera de conciliar ambas historias.

Conforme mi escolaridad se incrementó, mis conocimientos también aumentaron, a eso hay que sumarle que mis padres fundaron Librería Funcional y tuve acceso tanto a revistas científicas como pseudocientíficas. Nuevamente, nunca nació en mí la necesidad de negar lo uno y mucho menos la necesidad de rechazar lo otro.

Estudié ingeniería química en la Facultad de Química y Tecnología de la Academia Forestal de Leningrado (1984-1989) y, a pesar de que en la Rusia Soviética se promovía el ateísmo, a pesar de mis estudios de la filosofía marxista leninista, a pesar de mis estudios del tal llamado comunismo científico, la balanza nunca se inclinó hacia la incredulidad.

Por el contrario, fue casualmente en esos años, en el silencio y la privacidad de mi mente, que hice mi primera comparación formal de ambas historias.

La conclusión fue la misma, no era absolutamente necesario negar lo uno y mucho menos era absolutamente necesario rechazar lo otro.

En Rusia no hablé sobre este tema con nadie por razones obvias y, a mi regreso a Nicaragua, tampoco hablé sobre esto con nadie por un asunto de respeto cultural hacia las personas que no habían tenido los privilegios educativos con los que yo sí había contado.

Nunca toqué el tema en ninguna de mis confesiones porque algo, desde lo más recóndito de la moralidad católica, me decía que no había hecho nada malo y, por lo tanto, no había pecado alguno que confesar.

Finalmente, en el 2015, gracias al folleto “Creation and Genesis” fue que tomé la decisión de compartir mi cosmovisión católica heterodoxa, para calificarla de alguna manera.

Después de leer ese folleto llegué a la conclusión de que la Biblia es un magnífico documento histórico, es como un pedazo de piedra en donde está incrustado, como si de un fósil se tratara, lo que yo llamo la Palabra Revelada.

Los Dogmas – Lo que sabemos cuando no sabemos nada

La cosmología trata de describir el origen del universo, en cambio, la cosmovisión es un ejercicio metafísico que describe como el observador percibe la realidad.

La cosmovisión de medieval es la imagen mental del universo y el punto de partida fue la cantidad y calidad de información que el Homo sapiens de aquel tiempo poseía.

Si bien la fuente del conocimiento es infinita, el conocimiento acumulado está limitado por la cantidad, calidad y la interpretación personal que hagamos con la información a nuestro alcance en determinado punto de la continuidad espacio-tiempo.


Es obvio que los objetivos que los teólogos medievales se plantearon fueron enormes y que el trabajo que realizaron fue titánico. También es obvio que las respuestas que obtuvieron fueron totalmente coherentes con la cantidad y calidad del conocimiento acumulado propio de la época.

El asunto con los dogmas es que el credo católico nos enseña que Dios es todopoderoso. Sin embargo, a lo largo de la historia, la valoración de lo todopoderoso ha estado en dependencia de la cosmovisión predominante. En la actualidad, el conocimiento acumulado nos muestra un universo totalmente diferente al universo de Dante, quien, dicho sea de paso, logró reflejar la cosmovisión preponderante en aquella época.


Los dogmas surgen como consecuencia de una cosmovisión sumamente limitada. En realidad, cada dogma establece un límite al concepto de todopoderoso, son una suerte de grilletes que sujetan las todopoderosas manos de Dios.

Los dogmas fueron la solución a los conflictos existencialistas dentro de la fe, pero además de lo anterior, los dogmas, funcionalmente, facilitaron la transmisión de la fe de generación en generación a lo largo de dos mil años.

El autor considera que no vale la pena revisar este aspecto del credo católico, después de todo, y a pesar de todo, los dogmas facilitan la instrucción inicial en la fe de los niños, los cuales, dicho sea de paso, poseen un conocimiento acumulado similar al del hombre del neolítico. Ahora bien, es inevitable que el conocimiento de estos niños se aumente conforme se incrementa su escolaridad y cualquier acción en el sentido contrario sería contraproducente porque, después de todo, entre cielo y tierra no hay nada oculto.

En su momento histórico, la cosmovisión medieval fue la solución cosmológica más simple, pero en la actualidad contraviene al sentido común y, en consecuencia, ahora más bien es un problema.

El autor considera que la tendencia implosiva que muestra el catolicismo se puede revertir, pero muchas cosas tienen cambiar, entre otras, es necesario hacer a un lado todo aquello de la cosmovisión medieval que el sentido común ahora nos indique que resulta obsoleto.

C’est la vie!

Inquisición no, Educación sí

Durante siglos, la Inquisición, la Congregación para la Doctrina de la Fe, ha visto a la ciencia y a los científicos como el enemigo, fue tal el asedio que para muchos científicos atacar a la religión fue el único medio para corroborar sus hallazgos.

Pero hay que tratar de ver el lado amable. Abandonar las enseñanzas medievales en realidad representa una magnífica oportunidad, un reto monumental para la Congregación para la Doctrina de la fe.

Abandonar la cosmovisión medieval va a crear un vacío teológico y ese vacío teológico sólo podrá llenarse con una nueva cosmovisión teológica que tome en cuenta la cosmología contemporánea. Estamos hablando de que se trata de un trabajo colosal que está pendiente de ser realizado.

Haciendo a un lado el asunto semántico, si la ciencia y los científicos dejan de ser el enemigo, si dejan de ser asediados, pues con suma facilidad podrían convertirse y, de esa manera, pasarían a ser unos grandes aliados en la preservación de la fe.

Como, y donde, las nuevas generaciones accederán al conocimiento acumulado, está en manos de nosotros. Por un lado, están las redes sociales como YouTube y su infinidad de influencers, y por el otro están los centros de educación tradicionales. Basado en mi experiencia personal, yo me apunto por los centros de educación tradicionales como el colegio San Luis Beltrán de Chinandega, recordemos que… “Si hay control, se puede administrar, si se puede administrar se puede educar y donde hay educación hay menos problemas”.

Es opinión del autor, basado en su experiencia personal, que un proceso formal de instrucción en la fe, capaz de conciliar el catecismo con el conocimiento acumulado, es la mejor manera de transmitir y preservar la fe individual y colectiva.

XIII.4.- La Biblia: Objeto y sujeto de interpretación

Si la Biblia fuese el resultado del proceso creativo del hombre del neolítico, pues lo único que habría que decir es que no ha habido, ni habrá, otro Homo sapiens con la creatividad, habilidad y capacidad cognoscitiva de ese Homo sapiens. Algo a lo que más allá de todo ego y vanidad me niego rotundamente a aceptar como verdad porque el sentido común me indica que es algo sumamente improbable.

Gracias a la encíclica Humani Generis que escribiera el Papa Pío XII, la Biblia ahora es objeto y sujeto de interpretación y cada interpretación no es más que una singularidad metafísica a la cual cada quien llega por diferentes caminos.

Para ser coherente con la teoría del método, el autor optó por crear una suerte de tamizadora que le permita clasificar las lecturas bíblicas en: mitología, historia y palabra revelada.

Mitologías Bíblicas – como el Oro en la Roca

Las mitologías bíblicas son textos asombrosos e inverosímiles ante el sentido común del hombre contemporáneo.

Sin embargo, lo más asombroso no es lo inverosímil de la historia, sino que, oculta, como si de un gen recesivo se tratara, contiene información que gracias a los diferentes procesos del método se ha podido corroborar y aceptar como verdad y que debido a ello ahora forma parte del sentido común del hombre contemporáneo.

Este fenómeno lo que nos indica es que aún en los textos bíblicos de naturaleza mitológica, hay una pequeña cantidad de palabra revelada, como si fuera oro en la roca. 

Ya que el autor no es un estudioso de la Biblia, sólo presentará un ejemplo - la historia del Diluvio Universal.

La evidencia fósil nos muestra que la historia de la vida en el planeta Tierra es la historia de al menos cinco extinciones masivas.

¿Cómo explicarle al hombre del neolítico lo que es una extinción masiva?

Pues con la extraordinaria e inverosímil historia del Diluvio Universal.

La historia del Diluvio Universal es una historia cosmológica y, como el oro dentro de las rocas, contiene la palabra revelada.

La Biblia y sus textos históricos

Sobre esto lo único que hay que decir es la Biblia cuenta la historia del pueblo de Israel a través de la historia de sus reyes.


La Palabra Revelada

Además del aspecto cosmológico, el objetivo de la palabra revelada es forjar en la humanidad criterios sobre el bien y el mal. Es decir, la formación de ciertos códigos de comportamiento a través de valores morales. Escogemos como punto de partida el texto de los Diez Mandamientos.

En estos textos, fácilmente se puede apreciar la piedra angular del algoritmo de la moral.

El punto de partida lo encontramos en Éxodo 20, 1:

“Entonces Dios pronunció estas palabras: Yo soy el Señor, tu Dios, que te hice salir de Egipto, de un lugar de esclavitud.

No tendrás otros dioses delante de mí.

No te harás ninguna escultura y ninguna imagen de lo que hay arriba, en el cielo, o abajo, en la tierra, o debajo de la tierra, en las aguas.

No te postrarás ante ellas, ni les rendirás culto; porque yo soy el Señor, tu Dios, un Dios celoso, que castigo la maldad de los padres en los hijos, hasta la tercera y cuarta generación, si ellos me aborrecen; y tengo misericordia a lo largo de mil generaciones, si me aman y cumplen mis mandamientos.

No pronunciarás en vano el nombre del Señor, tu Dios, porque él no dejará sin castigo al que lo pronuncie en vano.

Acuérdate del día sábado para santificarlo. Durante seis días trabajarás y harás todas tus tareas; pero el séptimo es día de descanso en honor del Señor, tu Dios. En él no harán ningún trabajo, ni tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu esclavo, ni tu esclava, ni tus animales, ni el extranjero que reside en tus ciudades. Porque en seis días el Señor hizo el cielo, la tierra, el mar y todo lo que hay en ellos, pero el séptimo día descansó. Por eso el Señor bendijo el día sábado y lo declaró santo.

Honra a tu padre y a tu madre, para que tengas una larga vida en la tierra que el Señor, tu Dios, te da.

No matarás.

No cometerás adulterio.

No robarás.

No darás falso testimonio contra tu prójimo.

No codiciarás la casa de tu prójimo: no codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su esclavo, ni su esclava, ni su buey, ni su asno, ni ninguna otra cosa que le pertenezca.”

Y el complemento católico a los 10 Mandamientos lo encontramos en Mateo 22,34-40. 

“En aquel tiempo, los fariseos, al oír que había hecho callar a los saduceos, se acercaron a Jesús y uno de ellos le preguntó para ponerlo a prueba: Maestro, ¿cuál es el mandamiento principal de la ley? Él le dijo: "Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con todo tu ser." Este mandamiento es el principal y primero. El segundo es semejante a él: "Amarás a tu prójimo como a ti mismo." Estos dos mandamientos sostienen la ley entera y los profetas.”

El Apocalipsis también es Palabra Revelada

Apocalipsis 6, 12 - “Y miré cuando él abrió el sexto sello, y he aquí fue hecho un gran terremoto; y el sol se puso negro como un saco de cilicio, y la luna se puso toda como sangre; y las estrellas del cielo cayeron sobre la tierra, como la higuera echa sus higos cuando es movida de gran viento y el cielo se apartó como un libro que es envuelto; y todo monte y las islas fueron movidas de sus lugares y los reyes de la tierra, y los príncipes, y los ricos, y los capitanes, y los fuertes, y todo siervo y todo libre, se escondieron en las cuevas y entre las peñas de los montes”.

En cinco millardos de años el sol convertirá en una estrella gigante roja que absorberá Mercurio, Venus y la Tierra.

Los hombres de ciencia lo saben y exploran el espacio porque saben que en determinado tiempo la humanidad tendrá que buscar refugio más allá de Júpiter y Saturno.

Es evidente que, si antes no nos destruimos nosotros mismos, con semejante ventana de tiempo, las probabilidades de que un pequeñísimo grupo de humanos se salven es grande.

Las revelaciones de Juan es la forma en que él describe este fenómeno cósmico. ¿De qué otra manera Dios lo podría haber revelado este inminente cataclismo cósmico a un hombre de hace dos mil años? Es evidente, también que, ante un evento de tal magnitud, todas las calamidades predichas por Juan se cumplirán.

Nosotros, los humanos de hoy día no seremos testigos de semejante desastre, por lo tanto, no debe preocuparnos.

Debemos preocuparnos por cumplir los Diez Mandamientos, por cumplir el amarás a tu prójimo y no dejar de repetir:

“Creo en un solo Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible.

Creo en un solo Señor, Jesucristo, hijo único de Dios, nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, luz de luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza que el Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros, los hombres, y por nuestra salvación bajó del cielo, y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer día, según las escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino no tendrá fin.

Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del hijo, que, con el Padre y el hijo, recibe una misma adoración y gloria, y que habló por los profetas.

Creo en la iglesia, que es una, santa, católica y apostólica. Confieso que hay un solo bautismo para el perdón de los pecados.

Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro”.

Amén.


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