jueves, 21 de agosto de 2025

Los inicios y los finales

Escritos en Nicaragua
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Los inicios y los finales

Quise iniciar este artículo hablando de la coma vocativa o la que va después de algún complemento circunstancial cuando con ellos se inicia el párrafo, o cómo iba antes de un gerundio, ejemplos hay hasta la saciedad, aunque son esas comas las que olvidan muchas veces los autores porque con la lectura en voz alta no notaron la ausencia y cuando observan el error es demasiado tarde: un lector acucioso la marcó dentro del libro con un lapicero rojo, y es ahí la excusa de lugar común, que por entregar el material a tiempo olvidaron leer por última vez el borrador final; como lo dije al principio, de eso me referiría hoy, sin embargo opté por seguir hablando de narratología, en este caso, los inicios y los finales.

Atrapar al lector desde el primer párrafo hasta el final es un asunto serio. A veces iniciando con un diálogo como lo hizo Mario Vargas Llosa con La ciudad y los perros.

 —Cuatro —dijo el Jaguar. 

 O un poderosísimo párrafo conciso como Albert Camus en El extranjero:

Hoy ha muerto mamá. O quizás ayer. No lo sé. Recibí un telegrama del asilo: «Falleció su madre. Entierro mañana. Sentidas condolencias». Pero eso no quiere decir nada. Quizá fuera ayer.

Cada narrador debe crear ese nivel de persuasión y suspenso para que el lector no suelte el texto hasta terminarlo, es lo que algunos narradores han bautizado como «tensión narrativa». Y aquí el inicio y el final deben estar más que unidos, entonces a nuestro tema de hoy.

Los inicios

Aunque las estructuras de los textos narrativos pueden ser lineales y circulares, son sus inicios los que marcarán la mitad de esa historia. Los tipos de inicio son tres: In prima res, in media res y, por último, in fina res.

El primero marca un inicio de principio a fin del relato, el segundo inicia por la mitad, da una vuelta para volver al mismo lugar y continuar unas páginas más adelante, y el último inicia con el final, y el relato da la vuelta en redondo para volver a caer ahí mismo.

Los finales

Los finales pueden ser cuatro, aunque algunos críticos quisieran dejarlo en tres, yo me sigo quedando con la primera opción y aquí los nombro: abierto, cerrado, sugerente y sorprendente.

El primero deja la posibilidad de una tentativa continuación a la historia; el segundo expresa que ahí no hay posibilidad para nada más; el tercero, es un párrafo modesto que deja entrever que la historia terminó, pero al autor le pareció útil ese tipo de final que los dos primeros mencionados, y por último, el sorprendente, lo que algunos críticos han nombrado «el final z», esa opción que nunca se esperó el lector y tuvo que volver a leerlo para descubrir que ni aun así se le ocurrió que de esa manera terminaría el texto. 

Veamos algunos ejemplos en este recuadro*:

Autor: Noé Palacios
Texto: La tormenta tropical Tita
Estructura: Lineal
Inicio Final
—¿Qué por qué tengo ese muffler colgado en la pared? Es un trofeo… no, niño, no es robado ni mucho menos… Lo que pasa es que tiene un alto valor emocional para mí…

IN PRIMA RES
Esa es la historia de ese muffler, el Comendador dio a tallar esa tabla y lo colgó en la pared, me dijo que ese trofeo era mejor que cualquier cabeza de venado.

SUGERENTE

Autor: Michéle Najlis
Texto: Oruboros
Estructura: Lineal
Inicio Final
Había una vez hace mucho tiempo, allá por el año 5376, un físico notable que se dedicaba al estudio de la estructura de los átomos […]

 IN PRIMA RES
Colocó el lente más potente movió los tornillos macro y micro para enfocar y afinar la imagen y pudo ver por el agujero de salida de un poderoso telescopio. Se asomó por el hueco y en el otro extremo del tubo vio un ojo que lo miraba atentamente: su ojo.

SOSPRENDENTE

Autor: Omar Alí Moya
Texto: Cuestión de gatos
Estructura: Circular
Inicio Final
El torrencial aguacero no impidió que le diera a Cicerón el entierro que se merecía. Beatriz me tomaba de la mano y me decía que no era para tanto llorar por un gato a estas alturas de mi vida, que fuera hombre, porque los hombres no lloran, pendejo, menos por un gato.

IN MEDIA RES
Le tiré un beso, apreté fuerte el frasco y bajé.



SUGERENTE

Autor: Arquímides González 
Texto: La escalera
Estructura: Circular
Inicio Final
Desciendo la escalera de espaldas, así, todo retrocederá y, al bajar, será como lo fue hace diez minutos para convencerme que esto sólo fue un mal pensamiento.

IN FINA RES
Es lo que hoy me tiene al comienzo de esta escalera viendo mis manos manchadas de sangre y el cuchillo en el piso…

CERRADO

Autor: Juan Aburto 
Texto: El chechereque
Estructura: Lineal
Inicio Final
El chavalo iba caminando despacio cuando se encontró un chechereque en el suelo.

IN PRIMA RES
A los días dijeron que el chechereque se veía así como que quiera echar una florcita. Pero quién sabe…

 ABIERTO

Quise iniciar este artículo hablando de la coma vocativa o la que va después de algún complemento circunstancial cuando con ellos se inicia el párrafo,  o cómo  iba antes de un gerundio, pero terminé hablando de otra cosa,  espero ustedes me disculpen.

*Sé que para una mejor comprensión sería leer por completo los cuentos aquí presentados pero una idea se podrán dar si han leído alguno de ellos. 


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