Escritos en Nicaragua presenta a |
Canciones para el final de la tarde
Fue tan fugaz, que ahora no sé, si todo fue cierto o una gran mentira. No pude esquivar su mirada, ni rechazar su sonrisa ni evadir su forma de caminar. Viste como quiere, ama como pocas, no se atiene a las reglas, ni pide nada a cambio. ¡Qué manera de hacerse esperar! |
No hubo rincón de la casa por donde no paseara su sexo. Me sonroja verla mendigando amor. Nos acostamos ebrios de amor y amanecimos con una reseca que invitaba a continuar haciéndolo. El descaro de sus nalgas me pone en pie de guerra. Témele a su lengua, abstente de escucharle, podría embrujarte como lo hizo conmigo. |
¡Hubo un tiempo en que sus besos me enloquecían! ¡Tiene un su modito de decir las cosas, que terminas creyéndole! Un viento cómplice erizaba su cuerpo, la sensualidad con que se estremecía hizo derretirme en sus brazos. Al son de las bandas septembrinas, ayer por la tarde, ella y yo, celebramos nuestras fiestas patrias. Mi amor es más divertida que la luna y más arrogante que el sol. |
Al atardecer sale a caminar para embellecer el paisaje. |
No hay comentarios:
Publicar un comentario